Desde la Sociedad Española de Agricultura Ecológica y Agroecología hemos organizado este 5 de junio un seminario sobre la cadena de valor (agro)ecológica en la actual edición de la feria Organic Food Iberia en el IFEMA de Madrid.

El contexto en el que se tiene que situar esta sesión tiene muchas componentes. En primer lugar, cabe reafirmar que el sector de la agricultura ecológica continua con su crecimiento y se ha visto incentivado especialmente por el objetivo explícito de alcanzar un 25% de superficie ecológica en la Unión Europea para el año 2030. No obstante, se está viendo en diferentes subsectores como la sustitución de insumos, la competencia regional e internacional, así como los aspectos sociales no siempre responden a lo que estaría en línea con la definición de la agricultura ecológica de IFOAM, de los sistemas alimentarios sostenibles o bien con los principios de la agroecología promovidos por la FAO.

Por eso, la cadena de valor (agro)ecológica tiene que ser auténtica y fuerte para llevar hacia adelante la transición (agro)ecológica y no caer en los mismos errores de la agricultura convencional. En este sentido, se revisan los puntos críticos y trade-offs en los diferentes eslabones de la cadena de valor de los alimentos ecológicos. El debate se ha centrado en posibles líneas rojas, así como diferentes soluciones y equilibrios, también para subsectores que están apostando más por las exportaciones evaluando los costes medioambientales correspondientes.

Han participado como ponentes, la vicepresidenta de la SEAE Pilar Galindo así como presidenta de la Garbancita Ecológica de Madrid y Rafael Galvez, ingeniero agrónomo y director comercial de Aceites Luque. Se han tratado dos cadenas de valor muy diferentes: Por un lado, una centrada en la proximidad representando la economía social desde la gestión de la cooperativa. La otra, que parte de la producción de aceite de oliva con la necesidad de trabajar también la exportación, tratándose de un producto típico mediterráneo. Concluyendo, se puede decir que el sello ecológico es un mínimo que une a los operadores presentes en la feria, pero que la sostenibilidad se tiene que entender en sus tres dimensiones (medioambiental, social y económica) y más allá de la certificación ecológica.